domingo, 29 de abril de 2012

MIskatonic

Que lo sepáis: El próximo jueves tendremos un invitado... viiiivooooooo... directamente del Club de Rol Miskatonic (y como diría la rubia periodista rosa de La Carrera de la muerte del año 2000)y un graaan amigo mio.


Tenéis un link a la derecha y por supuesto los interesados podéis contactar.

viernes, 27 de abril de 2012

AC: Programa 4 (T1)

Hola, hijos de puta. Ya tenéis el programa de los cojones a vuestra disposición.

jueves, 26 de abril de 2012

Isabel, quedate en la fuente

Pocas veces he sentido vergüenza ajena. Y esta no es una de esas veces, tranquilos, pero ha llovido mucho desde Carlos-Jesús y uno no puede evitar tener esa sensación de deja-vú con esta señora. O señorita. Isabel de la Fuente se llama la interfecta y no me fío un pelo de ella.

¿Y quién es esta señora o señorita? Pues una contactada por la Federación Intergalactica, ni más ni menos. ¡Fiu, fiu! ¡Vendrán catorce mil millones de naves, joiga!

Isabel de la Fuente- Anclaje y cierre from Alejandro garcia on Vimeo.

Cuando viole al perro de mi vecina le espetaré eso de "no hay caras de victimismo". Y es que algunos tienen ESA cara... como cuando le dijiste a tu pareja que se desnudase y resultó que tenía medio brazo de rabo. Me sabe mal que esta tipa haya salido en un Congreso de Ciencia y Espíritu... en uno de ellos tuve el HONOR de conocer (y hablar) con JL de Mundo Desconocido y me tira para atrás que su presencia haya contaminado ese reducto de verdad y conciencia. Algo muy turbio se mueve en torno a esta señora. O señorita. Un botón de muestra... u otro, según se mire.



Y dicho lo cual en este posteo express a un ratito de empezar en la radio me despido hasta la próxima.

martes, 24 de abril de 2012

La Neolengua como forma de Control

Hace un tiempo que sigo los pasos de JL de Mundo Desconocido. Lo descubrí por casualidad... aunque he llegado a la conclusión de que fue causalidad. Dicho descubrimiento produjo una reacción en cadena en forma de descubrimiento de otros blogs y pulverizando los cimientos de la realidad... la mía, al fin y al cabo. Pulverizados como la estructura de las Torres Gemelas en el 11-S. Y es que no vamos hacia un futuro en plan Rollerball de Norman Jewison, no. Vamos hacia 1984. ¿De qué hablo? Atentos a La Zona Chunga, la sección de la verdad de AC con un toque garbancero. Y buscad información, pero antes, apagad la televisión.

sábado, 21 de abril de 2012

AC: Programa 3, 1ª temporada

Pues ya lo tenemos aquí, nuevo programa de Alternativa Chusca. Abrimos con la sección habitual de Telediarreo, seguimos con desmitificando a Einstein en La Zona Chunga... y medio acabamos adelantando material para el siguiente programa. Atención al principio y al final del programa, qué recuerdos aquellos...

miércoles, 18 de abril de 2012

SAN FRANK-EINSTEIN

¿Quién era Albert Einstein? ¿Lo sabéis? El tipo ese de la teoría de la relatividad, el de los pelos de loco, el viejo de la lengua fuera... Si has estado viviendo en una cueva hasta este momento y si eres un cani es muy posible que no sepas quién es Einstein. Bueno, ahora podría hacer la típica biografía y tal, pero esto es Alternativa Chusca. Y lo que vas a leer a continuación es MUY alternativo. Lo pillé de http://radiocristiandad.wordpress.com y me limito a hacer un copia/pega con mi toque personal, pero hay más webs y vídeos en los que puedes ver, estimado lector, que el mito puede surgir de la verdad o de la mentira con kilos de maquillaje.

Eisntein es reconocido por el sistema dominante de valores como adalid de la paz y la bondad humana y reputado por casi todos como el sabio más grande de todos los tiempos. ¡Líder de la modernidad y tiempos futuros? Pues no era más que un pequeño bribón... ¿o no?

"ESTE NIÑO ES RETRASADO"

Eso le dijo el doctor a Pauline, madre del pequeño de cuatro añitos que apenas balbuceaba alguna palabra suelta. Pues menuda noticia. Años después nacería su hermana Maya, mucho más despierta e inteligente, y que llegaría a acomplejarle influyendo notablemente en su carácter retraído y en su gran capacidad de resentimiento, en sus pésimas calificaciones escolares, etc…, pero también, por aquello de la “ley de compensación” de Jung y Adler, en ese deseo íntimo y profundo de notoriedad y afirmación (incluso de revancha) que le acompañará toda su vida, y que siempre tratará de disimular con un forzado aspecto inocente e inofensivo.
Cada nuevo fracaso hará crecer en él su resentimiento y rebeldía.

La solución sionista para el retraso mental.

Así, todavía impúber, acusará a “la máquina educativa alemana” de haberle engañado con creencias religiosas falsas (aunque tampoco le valdría la fe judía de sus padres), y falsificaría, a los 15 años, un certificado médico para no acudir a clase, e incluso renunciará a los 17 años a la nacionalidad alemana para eludir el servicio militar. Objetor no de conciencia, sino por mis cojones.

Ya mayorcito reconocerá “no haber pertenecido nunca a mi país (Alemania), ni a mi propia casa, ni a mis amigos ni a mi familia”, sino tan sólo a la “tribu”, o sea, el movimiento sionista de toda la vida, y como a él mismo le gustaba decir.

Quizás por ello no le importó dar a su hija mayor Lieserl en adopción, sin volver a preocuparse de ella en todo el resto de su vida, ni abandonar a su hijo Eduard, que era enfermo mental, en un psiquiátrico de Suiza sin nunca más volver a interesarse por su salud o su destino, ni maltratar de forma habitual a sus otros hijos tal y como siempre han reconocido, ni abandonar a su familia tras regalar a su mujer todo un rosario interminable de humillaciones y adulterios, regalo con que también obsequió a su segunda esposa, Elsa, etc.

El hombre que había cambiado cuatro veces de nacionalidad (alemana, suiza, alemana de nuevo, británica y norteamericana), se lamentaba de la siguiente forma:

Quizás mi destino es que siempre me presenten como una bestia negra: soy un judío para los alemanes y un científico alemán para los ingleses“.

Albertito presenta Callejeros viajeros. Lo más triste de todo es que a sus 17 años el pobre Albert Einstein se siente relegado, solo, socialmente inadaptado y fracasado en su más íntima vocación: llegar a ser un músico virtuoso.

Intentando entrar en The Who.

A pesar de pertenecer a una rica familia judía que pudo pagarle las mejores escuelas de música de Munich, Milán y Aarau (Suiza), donde aprenderá el elitista método pestalozziano a esa edad se dará cuenta que nunca pasará de ser un violinista mediocre. Había que buscar otra cosa.
Tenía que triunfar en la vida como fuera. ¡Sí, eso es! Sería un sabio profesor de matemáticas. Y a pesar de los pésimos resultados obtenidos en sus estudios secundarios, logrará al año siguiente ingresar en la prestigiosa Escuela Politécnica de Zurich.

Pero como las matemáticas no eran su fuerte, se inclinará por la física, logrando licenciarse en 1900 con una nota de 4´91, un aprobado por los pelos con la necesaria décima por encima del mínimo suficiente para no suspender, siendo su tesina o memoria de licenciatura la que alcance la calificación más baja de todas.

Al año siguiente presentará la tesis doctoral, pero será rechazada. Cambia entonces de tema y se pone manos a la obra, pero resulta otra vez de nuevo un rechazo.

¡Estoy harto, nunca seré doctor!”, escribía en 1903 a uno de sus amigos.
Sin embargo, su paso por la Politécnica de Zurich no resultará infructuoso. Enseñaban allí, por una suerte de cojones, científicos de la talla de Weber, Wolfer, Hürdwig, Pernet o del gran matemático Herman Minkowski (el compilador de la teoría del espacio cuadrimensional y verdadero autor de la teoría de la relatividad especial). Además, allí conocería a su mujer, Mileva Maric
Entretanto, Einstein ha comenzado a trabajar en la Oficina Comercial de Patentes de Berna y, aunque sólo lo hace en calidad de técnico de 3ª categoría, eso le permitiría relacionarse con los científicos más importantes de la época y se familiarizará con los éxitos de los nuevos inventos, aumentando su deseo de triunfar. Al fin, en 1905, consigue ablandar al tribunal con una tesis “breve, anodina y carente del menor interés (según comentó uno de los tribunos), titulada Una nueva determinación de las dimensiones moleculares.



Foto del carnet de Albert Einstein cuando era joven.

1905 fue un año cojonudo para Einstein. Uno de los artículos (”Un punto de vista heurístico sobre la producción y propagación de la luz”), donde relacionaba la hipótesis de los “quanta” de Planck (aunque sin citarle, como era su costumbre) con el “fenómeno fotoeléctrico” de Lenard, le hará acreedor en 1922 ¡¡¡ al premio Nobel de física!!!

En realidad se le quería premiar por otro artículo titulado Cuerpos movidos electrodinámicamente, donde esbozaba la teoría de la relatividad especial, ya antes expuesta y por separado por Maxwell, Lorentz, Kaufmann, Cherenkof, Poincaré y, sobre todo, por Minkowski, su antiguo profesor de Zurich; pero teniendo en cuenta la poca credibilidad de que gozaba dicha “teoría” entre la comunidad científica, y también porque dicha teoría tenía un número indeterminado de “padres” y no podía ser atribuída a una persona en particular, se juzgó más prudente atribuírselo por la cuántica.

Aunque el espaldarazo definitivo como “Pontifex Maximus” de la conciencia universal no le llegará hasta el año 1922 con el Nobel, de hecho, aquellos cuatro artículos de los “Annalen” le dieron un “caché” y una popularidad inusitada. En todos los círculos científicos e intelectuales de Europa y de América no se hablaba de otra cosa que del joven Einstein y de su “teoría” de la relatividad.

Lo más difícil ya estaba hecho. Había dado con la clave de su tiempo; en una época en que los valores absolutos (amor, honor, patria, familia, Dios…) empezaban a cobrar renovada fuerza en la Europa continental, la idea relativista (aceptable en sí misma), derivando hacia el relativismo subversivo que patrocinará con éxito nuestro “genio”, conmocionará las conciencias y se revelará como un filón inagotable, como el deus ex machina de la causa liberal-capitalista y progresista.

Einstein, al fin, había llegado. Ahora le ofrecían explicar la “Teoría de las radiaciones” en la Universidad de Berna. Y aunque no pueda decirse que sus comienzos como profesor fuesen particularmente brillantes (el primer año sólo se matricularon cuatro alumnos en su asignatura y al año siguiente sólo lo haría uno, el lituano nacionalizado alemán Max Stern), gracias a los oficios de su buen amigo Kleiner, una plaza de “Privatdozent” en la Universidad de Zurich. Después vendrían Praga, Zurich de nuevo, Berlín, etc.

Año “milagroso” en verdad aquel de 1905, pues ni en los años anteriores ni posteriores a esa fecha volverán a tener sus trabajos ni la altura, ni la originalidad, ni la brillantez (ni tampoco, ojo, el estilo literario) alcanzados por esos cuatro artículos de los “Annalen der Physik”. Mas a nadie se le oculta que detrás de todo milagro siempre se encuentra un misterio. ¿Cuál era, pues, el misterio de Albert Einstein?

MILEVA EINSTEIN, NACIDA MARIC, POR CIERTO

El primero en sorprenderse por la calidad y la originalidad de aquellos trabajos fue Hermann Minkowski que, como profesor suyo que fue, conocía bastante bien las limitaciones de su antiguo alumno. “¿Einstein? Si hubiera sido Grossman -se decía-, o Wegener, o esa chica tan lista de Mileva… Pero Einstein… que se “fumaba” las clases…

Todo acabó indicando que las geniales ideas pertenecían en realidad a su esposa, Mileva Maric
Holy Fuck.

Todo acabó indicando que las “geniales ideas” pertenecían en realidad a su esposa, Mileva Maric Sin embargo, el copyright oficialmente pertenecía a Einstein… Hasta que en febrero de 1990, en la reunión anual de la American Asociation for the Advancement of Science (AAAS, Asociación Americana para el Avance de la Ciencia), estalló la bomba. El físico Evans Harris Walker, de Aberdeen (Maryland), y la filóloga Senta Troemel-Ploetz, de la Universidad de Bonn, analizando de forma separada y bajo sus respectivos criterios los trabajos publicados por Einstein en los “Annalen der Physik” en 1905, así como la correspondencia privada entre Einstein y su esposa Mileva, llegaron a la sorprendente conclusión que, tanto las geniales ideas atribuídas al primero, así como el tremendo trabajo de formulación matemática, pertenecían en realidad a su esposa Mileva Einstein, nacida Maric.

Mmm... quizá eso explique el sorprendente y acojonante “bajón” que sufre la obra einsteiniana, tanto en cantidad como en calidad, a partir justamente de 1919, fecha de la separación del matrimonio Einstein. A partir de entonces, Albert siempre trabajará asociado con otros físicos (como Podolsky, Bose, Nathan, Rose, De Sitter, Infeld, Hoffman, etc.), dando muestras además de una dependencia continua y manifiesta en lo que a formulación matemática se refiere (matemáticos asalariados que trabajaron para él fueron Grossman, Groumer, Lanczos, etc.)

Ernst Strauss recuerda cómo, cuando no entendía algún desarrollo matemático, solía decir: “estoy convencido, pero no convencido”. Está en un estado de superposición de ondas, vivo y muerto al mismo tiempo. ¿Lo entendéis? Que no tiene ni puta idea. Se podrían escribir miles de anécdotas que acreditarían fehacientemente el juicio de Evans H. Walker cuando dice:

Mileva era mayor que él e inicialmente la líder en iniciativa especulativa“.

Recordemos cómo, por aquel entonces, estudiaba muy poca gente, pudiendo Einstein ingresar fácilmente y ¡¡¡ graduarse !!! en la prestigiosa Politécnica de Zurich. Sin embargo, Mileva, única mujer del curso, tuvo que “dar la talla”, resultando incomparablemente más inteligente y brillante que él. Ambos tenían en común la afición por los clásicos de la física, al igual que un acusado problema de relación social (Mileva era coja de la pierna derecha), lo cual les acercó sentimentalmente. El bribón de Einstein pronto se dio cuenta de que aquella chica era una mina y que, trasladando sus ideas a otros campos (filosofía y política, principalmente), podían tener un buen mercado.

De esta forma, aprovechado sus relaciones y contactos entre la constelación de grupúsculos y cenáculos sionistas, progresistas y mundialistas a los que pertenecía (”Patria Nueva”, “Amigos de la Nueva Rusia”, “Liga del Padronazgo en pro de un Gobierno Mundial”, etc.), se encumbraría. ¿Quién dijo mafia?

Un detalle bastante revelador aportado por Senta Troemel-Ploezt es que, cuando Albert y Mileva se separaron en 1919, el decreto de divorció incluyó una cláusula: en caso de recibir Einstein algún premio por los artículos publicados en los “Annalen der Physik”, debía entregárselo íntegramente a Mileva. Y así fue que tres años después Albert Einstein entregó el dinero del premio Nobel a su ex-esposa. Pero lejos de tratarse de un gesto de la proverbial magnaminidad atribuída a “San Alberto Einstein” por sus hagiógrafos, lo fue en realidad por imperativo legal y elemental justicia, toda vez que, como pudo demostrar Mileva ante el juez, Einstein se había estado apropiando desde el periodo inicial de las relaciones (vivieron juntos cinco años antes de casarse) de todos los trabajos e inventos que ella había realizado, valiéndose para ello de su puesto en la oficina de patentes, para patentarlos con su propio nombre e, incluso, ¡¡¡ a nombres de terceros!!!, sin figurar Mileva en ellos para nada, pues, como solía decir el “Genio”:

“Yo no me imagino a una mujer Galileo, ni Kepler, ni Miguel Ángel”.

Pero este asunto no era nuevo, la doctora Troemel-Ploetz, ha demostrado además cómo todo este “affair” fue ya denunciado treinta años antes por el físico serbio y amigo del matrimonio Einsten, Abraham Joffe (Mileva era hija de padres serbios emigrados a Suiza), en un libro en donde testimoniaba haber visto, él mismo, los apuntes y los originales de los manuscritos más tarde publicados en los “Annalen der Physik”, escritos con la caligrafía de Mileva Maric.

El simple hecho de que estos sucesos no afecten a la enmarcable figura de “El Genio”, sino que ni siquiera trasciendan y pasen inadvertidos para el gran público, así como el protagonismo alcanzado en la prensa diaria sólo comparable con el ostracismo al que son condenados los científicos disidentes del Dogma, la complicidad de revistas científicas llamadas “serias” en este feo asunto, así como las cantidades astronómicas de dinero que se gasta Alemania para demostrar… ¿qué?, evidencian per se que algo muy gordo y muy turbio se mueve detrás del mito de Einstein.

Como dice el profesor Thruillier en la revista “La Recherche” (nº 96, enero 1996, pág. 16):

Todo acontece como si la física relativista fuera, en un dominio particular y concreto, la realización de un programa mucho más amplio: construir un mundo “suprapersonal”, un mundo situado más allá de nuestras sensaciones y nuestras percepciones, pero dotado de una realidad superior“.

Sólo recordemos el papel que en todo este entramado ha jugado el “Council on Foreing Relations(CFR) de los EEUU, así como la Trilateral.

“Mein Führer ist Cain Weissmann”

Decía Max Weber en “El científico y el político” que “quien hace política pacta con los poderes divinos o diabólicos que acechan en torno al poder… quien busque la salvación de su alma y de los demás se arriesga por el camino de la política, porque el genio de la política vive en tensión con el dios del amor“.

En relación con esta idea, Isidro-Juan Palacios, en la revista “Punto y Coma”, decía que, “también la actividad científica, fuente mágica de poder, ha sido usada por el hombre como vía de usurpación y de autonomía en relación con el espíritu, y por eso también se ha diabolizado”. Parece como si ambas reflexiones hubieran tenido, consciente o inconscientemente, a Einstein como punto de referencia.

Einstein -reconoce un relativista como Eddington- abolió el infinito, modificó ligeramente sus ecuaciones para hacer que el espacio a grandes distancias resultase curvo, hasta quedar cerrado“.

Y William Popperll, de la Universidad de Columbia, dice que “la luz es para Einstein el nuevo Único, el Absoluto en un mundo donde todo lo demás es relativo“.

Y recapitulando diremos que puesto que ya no existen ni el espacio ni el tiempo por separado, sino el espaciotiempo, es decir el movimiento unido a la velocidad, éste es el concepto fundamental de la física relativista. Por eso ya no hay en el mundo ni reposo ni paz.

El “Genio” atómico había pedido en una carta enviada a Roosevelt la utilización masiva de la bomba de uranio sobre Alemania insistentemente, y no sólo el 2 de agosto de 1939 (antes del estallido de la II Guerra Mundial) como se ha dicho, sino también el 7 de marzo de 1940.

El “Genio” hizo todo cuanto estuvo en su mano para CONSEGUIR el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki: las dos ciudades católicas del Japón

Sólo el poder organizado -había dicho para justificarse- puede hacer frente al poder organizado“. Exactamente la misma frase (y en la misma lengua alemana) que Hitler había pronunciado seis años antes, sólo que éste, que iba muy por delante en investigación y tecnología nuclear que el resto de los países, había prohibido expresamente su uso.

Cuando Einstein asistió en 1921 a una convención sionista en Nueva York, proclamó ante diez mil correligionarios:

Mein Führer ist Cain Weissmann. Folge Ihn. Ich habe Gesprochen” (Mi líder es Cain Weissmann. Síganlo. He dicho”).

Supongo que todo es relativo, depende de cómo lo mire cada uno, ¿verdad?

Algunos datos más... escribió un artículo en la revista TIME titulado "porqué los judíos son superiores". Soltó la frase "el nacionalismo es una enfermedad infantil", no creo que opine lo mismo del nacionalismo judío. Odiaba a los alemanes a muerte. Y hay más, pero no es necesario que me creáis. Buscad la información vosotros mismos. Físicamente sólo puedo mover mi culo, vosotros tenéis que mover el vuestro. Es un hecho científico.

¿Quieres tener los abdominales de Einstein?
Toma esteroides sionistas.


PD: ¿Se ha notado mucho el corta/pega? Einstein lo hizo y le dieron un Nobel. Yo no lo pido, sólo me limito a hacer lo mismo. ¿Qué coño creéis que hacen los que cagan doctorados?
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